El deseo de vivir una realidad dentro de otra no es nada novedoso. En realidad, ya en 1935, el escritor Stanley G. Weinbaum publicó un relato de ciencia ficción, Las gafas de Pigmalión, las cuales mostraban al visor unas imágenes holográficas acompañadas de solido e incluso olor y tacto.
Casi 30 años después, en 1960, Antonin Artaud modificó sus obras de teatro para que el público se sumergieran todavía más en la escena. Y no sería el único, pues en 1950, Morton Heilig aplicó la misma técnica e incluso fue un paso más allá, patentando un invento llamado "Headsight". La experiencia era similar al de llevar una TV en la cabeza, y ofrecía tanto imagen como olores, sensaciones, etc.
Continuando con los inventos, a Heilig lo sucedió en 1968 Ivan Sutherland con su alumno Bob Sproull.
Un poco siniestro, no? Aunque es uno de los más parecidos a las gafas VR de hoy.
←←
Avanzamos hasta 1970, donde Myron Krueger continuó desarrollando la idea, Videoplace, pero en vez de recurrir a las gafas o a un dispositivo colocado sobre la cabeza, se trataba de una habitación con pantallas, donde se mostraba una imagen y la persona podía interactuar con ella. No sé si estaré en lo cierto, pero es muy parecido a cómo se muestran los partes meteorológicos hoy en día.
A este invento lo siguió los Headlight y Super cockpit. El primero usado para simulaciones y entrenamientos militares y el segundo dando un paso más adelante para el aprendizaje y capacitación de los astronautas en la NASA, ambos en los 80.
En los 90, productos más asequibles se empezaron a comercializar en todo el mundo.
En la década del 2000, Google view saca sus primeras imágenes 360, que, curiosamente, son parte de la familia de realidad virtual 3D.
Y ya por fin en el año 2010, llegamos al proyecto Oculus, que revolucionaría el mercado por completo. Se planeaba recaudar $250.000 para financiar el proyecto y llevarlo al público... No solo triunfó, sino que recaudó $2,5 millones!!!! Y fue finalmente comprado por Facebook por $2.000 millones.
Pero no acaba su gloria aquí. El desarrollo del Oculus no ha cesado, y hoy podemos encontrar hasta visora 3D de cardbox u otras derivadas para diferentes compañías de entretenimiento.
Si todavía os habéis quedado con curiosidad, no dudéis en visitar La década de resplandor del videojuego, donde explico a qué loco o genio se le ocurrió combinar dos elementos que no tenían apenas relación.
Comentarios
Publicar un comentario